México, que desde su independencia en 1821 ha tenido dos Imperios, ha tenido, así mismo, dos emperadores, emperadores que fueron coronados con gran gala en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, pero, si fueron coronados, ¿Dónde están sus coronas?
En julio de 1822, se realiza en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México el oficio de Coronación del Emperador de México don Agustín I. La celebración, que tuvo gran pompa, celebrada por el Obispo de Guadalajara, estaba llena de simbolismo, pero al mismo tiempo, de carencias.
Para la coronación se usaron 2 coronas, obviamente una para Agustín y una para su esposa, Ana.
Después de la guerra de Independencia de 11 años, el país estaba en crisis, el poco dinero que había era para pagar a los militares del Ejército de las Tres Garantías, incluso se dice que la Caja tenía sólo $50.
Por eso, pensar en una costosa y fastuosa Corona era algo imposible. Para esto, se solicitaron joyas empeñadas en el Real Monte de Piedad, todas prestadas, para realizar ambas coronas, y algunos adornos en Catedral.
Las coronas, aunque bonitas, no eran propias, así que al día siguiente de la Coronación, fueron devueltas las joyas al Real Monte de Piedad, quedando así desaparecidas las dos piezas.
El único dato de cómo eran esas fabulosas coronas del Primer Imperio, está en los diversos retratos de don Agustín y doña Ana, donde en todos se aprecian muy similares.
Al estilo Imperial o cerradas, se ve en los retratos que las coronas tenían 3 diademas y en la central, justo en la cima, había un pequeño orbe con una cruz.
También se aprecian motivos florales y el águila, emblema nacional.
Lamentablemente es todo lo que se tiene y conoce de las Coronas Imperiales del Primer Imperio Mexicano de Su Majestad Imperial don Agustín I y Su Majestad Imperial doña Ana María.
Por otro lado, tenemos el Segundo Imperio Mexicano, que tuvo más duración que el primero, de 1863 (con regencia), hasta 1867. Encabezando este Imperio estaban Sus Majestades Imperiales don Maximiliano I y Carlota quienes llegaron a México en 1864, entrando por Veracruz hasta la Ciudad de México.
Para su Coronación se usaron 2 coronas, que se sabe, fueron destruidas al triunfo de la República de Benito Juárez.
Son embargo, estas piezas, se sabe, estuvieron basadas en dos prototipos, la Corona Austriaca y la Corona del Segundo Imperio Francés.
La Corona Imperial o cerrada de Maximiliano tenía 4 diademas, o medios Arcos, con perlas, intercaladas cada una con águilas que cerraban la Corona y terminaban en un orbe con motivo floral y flor de Lis.
Tras el regreso del cuerpo de Maximiliano a Austria, se realizaron los cortejos fúnebres que le correspondían a un miembro de la Familia Imperial, sin embargo, además de ser tratado como Archiduque, recibió los honores de un Emperador, por lo que se mandó realizar una réplica de la Corona, hecha de madera y bañada en oro. Esta corona, después de usarse para el funeral de Maximiliano en Austria, se guardó hasta que, tras la caída del Imperio Austro-Húngaro, se exhibe con otras piezas de las Joyas de la Corona Imperial.
A pesar que muchos hablan de esta pieza como la verdadera corona y cerros de Maximiliano, la verdad es que solo son réplicas sin ninguna piedra preciosa.
Lamentablemente no hay Coronas originales de los Imperios Mexicanos, no queda más que imaginar cómo serían esas hermosas piezas que hoy formarían parte de nuestra historia.
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